Crítica por Diego Díaz Berlangar

Tocó, en esa noche flamenca, la hora del Baile. Con una sonora ovación fue recibida ¨La Yunko¨, nombre artístico de Junko Hagiwara, nacida en Kawasaki Japón. Se inició en el aprendizaje del baile en Tokio con AMI. En el año 2002, se trasladó a Sevilla, donde amplió sus estudios con diversos maestros como José Galván , El Torombo, Milagros Mengíbar y Carmen Ledesma. Comenzó a bailar en público, en el Teatro Central de Sevilla,bajo Belén Maya y Rafaela Carrasco, Lope de Vega,bajo Esperanza Fernández y Miguel Vargas, Expo Zaragoza y Teatro Madrid con la compañía de Yoko Komatsubara. Compatibilizando dichas actuaciones, con la asistencia a numerosos cursos y cursillos de formación impartidos por lo más granado del baile. Entre ellos los de Sara Baras, Matilde Coral y Eva ¨La Yerbabuena¨.

Multitud de primeros premios jalonan la trayectoria artística de ¨La Yunko¨. Con la guitarra de Miguel Pérez y el cante de Miguel Picuo y Moi de Morón, la bailaora empezó bailando por soleá, donde la técnica,el dominio de las reglas y en definitiva el oficio, que sin duda artesora,se hacían por momentos invisibles ante la belleza plástica y armónica, que por momentos nos ofrecía. Bailaora sobraba de pies, pero que no olvida ese baile de cintura para arriba,tan femenino y cautivador, ese braceo, juego de manos y altivez de cabeza; quedándome para el recuerdo, esa expresión facial, evocadora del sentir de todo pueblo.

Con bata de cola roja, acometió su segundo baile, que fue por alegrías de Cádiz. Bailaora pequeña en estatura, que se creció conforme ejecutaba el estilo. Para mí, ¨La Yunko¨baila con el corazón y con la cabeza, pero sobre todo baila muy en mujer, muy femenina.